Meditar

Estándar

Aprendí a meditar con Avihay. Al principio es complicado porque no estamos acostumbrados a sentarnos en el suelo y sin respaldo, por mucho que busquemos una postura cómoda las molestias físicas son una barrera. Hay que moverse un poco, si tu cuerpo lo necesita, respirar más profundamente a ese dolor y sentirlo como un maestro que nos cuenta  dónde están nuestras cargas, dónde somos inflexibles, dónde nos falta fuerza. La música ayuda y la respiración.

Poco a poco los pensamientos y los sentidos van perdiendo protagonismo y vas entrando en un estado de paz y bienestar. Llegar a eso ya es una gran bendición, porque cuando lo experimentas y sabes cómo llegar ahí, ya esa herramienta te sirve para prepararte para el sueño, cuando estás en una situación de estrés, cuando necesitas concentrarte o simplemente cuando quieres relajarte.

Con la práctica continuada vas acostumbrando a tu cuerpo a un estado de calma que te sirve como referencia para darte cuenta de hasta qué punto nos afectan las cosas de cada día, el tráfico, el trabajo, algunas personas, la televisión y las noticias, etc. Empiezas a darte cuenta de hasta qué punto te influyen y te afectan. Con esa referencia puedes distinguir qué es lo que deseas que forme parte de tu vida y qué otras cosas o influencias te llevan a un estado en el que no quieres estar.  Así es cómo empiezas a cambiar y a conocerte mejor. A ser quien realmente eres y quieres ser, no lo que el entorno hace de tí.

Para gente como yo con mucha fuerza mental, parece algo complicado. Como comentaba en ‘El inicio’, parece imposible llegar a parar la mente. En realidad es algo que hacemos cuando dormimos todas las noches, no somos conscientes de nuestros pensamientos ni de los sentidos, ni siquiera de nuestro cuerpo. Más aún en un estado profundo de sueño, sin sueños. Se trata de llegar a ese mismo estado, pero voluntaria y conscientemente.

Hay niveles en la meditación, la escuela de yoga los define muy bien. Finalmente dicen que llegas al ‘Samadhi’, Avihay lo llama ‘Absorción’, el nivel donde te haces uno con la divinidad, la iluminación. Yo eso todavía no he experimentado, pero para mí es una evolución importante el poder apartar a un lado las experiencias de la vida diaria, los pensamientos, las  sensaciones y simplemente empezar a SENTIR desde el fondo de mi ser, desde el corazón.

Un comentario »

  1. Empìezo a «disfrutar» de la meditación, poco a poco, muy lejos del Samadhi; todavía no consigo estar más de cinco minutos sin que la cabeza se me llene de pensamientos. Pero le voy cogiendo el gustillo.

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